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Ambiente relajado, playas desde las que puedes contemplar un atardecer, culturas desconocidas para ambos o el sentido de la aventura por conquistar un propio paraíso. Viajar en pareja es posiblemente una de las modalidades más extendidas del mundo, recayendo normalmente en lugares que incitan a la tranquilidad, las cenas románticas frente al atardecer y, especialmente, ciertos intereses comúnes. Sin embargo, desde América a Asia, son muchos los lugares etiquetados universalmente como paradas obligatorias para todos los enamorados del planeta, como estos lugares turísticos para viajes en pareja.

Guanajuato, México

En pleno centro de México, Guanajuato compone una acuarela de casas coloridas, numerosos encantos culturales como el Festival Cervantino y el highlight de cualquier pareja: el Callejón del Beso, que aún evoca los ecos de una vieja leyenda en la que dos amantes intentaban consumar su amor desde dos balcones diferentes, hasta que el padre de ella convirtió el amor en tragedia.

Fernando de Noronha, Brasil

Desconocido hasta por algunos brasileños, este archipiélago considerado como la particular «Atlántida» del país carioca y perdido al norte del país, constituye un paraíso para los amantes del ecoturismo y el buceo, donde nadar con tiburones es un juego de niños, Internet no existe y las playas se convierten en un particular Edén perdido.

Zagora, Marruecos

Situada en los lindes del mismo desierto del Sahara, Zagora queda suspendida en medio de un páramo donde marchan los camellos y los palmerales rodean los vestigios de las culturas más ancestrales del Magreb. Dejarse mecer por el viento bajo un cielo estrellado y la luna como única linterna no tiene precio.

Tanzania

La película Memorias de África, ambientada en el Serengeti de Tanzania, incitó a las agencias a iniciar safaris que reproducían baños de espuma, champagne bajo carpas en medio de la sabana, un paseo en globo y alguno de los mejores atardeceres del mundo en las mismas entrañas de África. Un viaje para parejas aventureras.

Agra, India

Una de las ciudades más emergentes de la India contiene la joya de la cultura hindú: el Taj Mahal, famoso mausoleo construido por el Príncipe Sha Jahan  en honor a su demimocuarta y fallecida esposa, Mumtaz Mahal, en 1631. Jardines que invitan a la contemplación, un interior que evoca el más trágico de los romances y uno de los atardecederes más bellos de Asia. Agra es la ciudad india del amor.

Krabi, Tailandia

Situada al sur de Tailandía, Krabi es una isla menos masificada que Phucket o Phi Phi, siendo accesible tan sólo en barco y marcando el inicio de una costa salpicada de junglas tropicales e inmensos peñascos, ideal para los amantes de las playas, quienes encontraran en Maya Bay su principal rincón idílico.

Kyoto, Japón

Situada al sur de Japón, la bella ciudad de Kyoto se viste de cerezos cada abril, el mes adecuado para viajar a esta joya oriental compuesta por muchos de estos árboles rosados que invitan a su observación y largos paseos entre los templos y puentes que parecen sacados de un cuento de hadas. No os perdáis la conocida «cherry blossom shower». Pura magia.

Isla de Santa Lucía

El Caribe contiene muchas islas destinadas al turismo romántico, pero elegimos la pequeña Santa Lucia por su introducción del concepto de «hotel de 3 muros». Y es que son muchos los resorts que sustituyen esa cuarta pared con vistas a los bananos y selvas tropicales que abrazan la montaña y el mar, permitiendo una total intimidad a las parejas que buscan descansar entre la civilización y el paraíso.

Verona, Italia

A excepción de Venecia, ¿puede haber una ciudad más romántica en Italia que la de Romeo y Julieta? Si viajáis en verano podréis disfrutar de una ópera al aire libre en el interior de su famoso anfiteatro, mientras la Casa de Julieta que inspiró a Shakespeare es un museo ajardinado que representa esa elegancia y sofisticación que recorre las calles de esta ciudad.

París, Giverny

La universalmente conocida como Ciudad del Amor nunca decepciona. Un beso frente la Torre Eiffel, en Trocadero, acercarnos hasta los famosos estanques de nenúfares que inspiraron a Monet en Giverny (a 50 km de París), una copa de vino en una de sus características terrazas y una huella de vuestro amor con un cándado en Pont des Arts, ¡qué más se puede pedir!

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